Las 7 principales razones para no tener hijos

Vivir en pareja, tener hijos y formar una familia, ... ¿Es lo que realmente queremos? A continuación presentamos las 7 principales razones para plantearnos no tener hijos

Las 7 razones para no tener hijos

Hasta hace poco se daba por sentado que todo el mundo quería tener hijos y formar una familia. La familia tradicional ha sido la norma general durante miles de generaciones, pero lo cierto es que en los últimos tiempos las cosas están cambiando y están apareciendo razones para no tener hijos.

A pesar de que aún se juzga bastante sobre elecciones de vida en algunos contextos, la verdad es que hoy en día gozamos de mucha más libertad que nuestros padres. La decisión de no tener hijos está mucho más extendida que hace unos años y muchas personas encuentran que es una opción totalmente adecuada para ellas.

Existen al menos 7 razones para no tener hijos

El mundo está cambiando mucho en el paso de unas pocas generaciones, y lo que antes la mayoría pensarían que es raro, hoy no tiene porqué serlo. Diferentes son los motivos para que una persona decida o no algo así, pero en cualquier caso pueden existir buenas razones para no tener hijos.

En general se tienen en cuenta motivos personales, pero también hay personas que consideran cuestiones incluso sociales y ecológicas. Sea como sea, a continuación damos paso a las 7 principales razones más importantes para plantearse no tener hijos.

1. Economía

Calcular cuánto dinero cuesta tener hijos es una cuestión que es difícil de conseguir, pero que los hijos cuestan dinero es algo incuestionable.

Criar un bebé desde que nace hasta los tres años es una de las etapas que más gasto requiere. Otros gastos como el precio que puede cobrar un canguro o el coste de los jardines de infancia pueden acarrear gastos elevados.

Obviamente, todo depende de la situación familiar y elecciones de vida que se hagan a partir de la llegada de bebé. Por ejemplo, y siguiendo el ejemplo anterior, no es lo mismo disponer de poder dejar los hijos con los abuelos a no poder dejarlo, o llevar al niño a un centro educativo público o privado.

2. Tener hijos impacta la salud a nivel físico

Se ha demostrado científicamente que lo padres y madres tienden a llevar un estilo de vida menos saludable respecto a quienes no tienen hijos. Hay que sacar horas de otras actividades para atender a los hijos, con lo que es más difícil cuidarse a uno mismo.

Por ejemplo, dormir ocho horas diarias siendo padres es todo un lujo, sobre todo si se trata de los primeros años de vida del hijo. También se tiende a beber más café, no realizar ejercicio, tener sobrepeso e incluso fumar en los casos de los progenitores. Si lo que queremos es cuidarnos todo son razones para no tener hijos.

3. Respetarse a uno mismo

Nadie más que uno mismo debe ser responsable de sus actos y sabe lo que siente. Que más adelante nuestra opinión pueda haber cambiado es algo que tenemos que aceptar, pero no hay que hacer las cosas porque los otros nos empujan a ello.

Las mujeres generalmente sienten mucha más presión social que los hombres: “Se te pasará el arroz”, “te vas a arrepentir”, “no entenderás lo que es el amor de verdad” o “te sentirás incompleta” son aún comentarios demasiado extendidos.

No hay que dejar que estos comentarios nos afecten. Son frases desafortunadas de personas que poco han pensado en cómo estos comentarios pueden afectar a otros. Viven encerrados en su ideal y generalmente son de mente cerrada. Cada uno tiene que construir su propio ideal y todo el mundo tiene que respetarlo.

4. Ser una pareja libre

Al igual que en el apartado anterior, la presión social no tiene que considerarse en ningún momento para llevar tomar esta decisión. Hay parejas que sienten que tener hijos es el siguiente paso lógico de su relación, pues ya tienen estabilidad laboral, económica, un coche, una casa, etc.

No importa que los padres o suegros esperen que la pareja tenga hijos. No importa que parejas amigas estén teniendo bebés. Cada pareja es un mundo dicen, y lo cierto es que una pareja es perfectamente capaz de encontrar la felicidad solamente estando el uno con el otro.

Hay que reflexionar sobre lo que se quiere en la vida o si estamos siguiendo un ideal de la sociedad. Desear querer un hijo es la condición indispensable para tenerlo. Es importante tener esto claro porque parejas que tuvieron hijos pueden tener crisis después de que nazca su bebé.

5. Salud de la pareja

Si bien la salud de la pareja puede ser tan buena o mejor con hijos que sin hijos, lo cierto es que tener un hijo pone presión en la pareja.

Es algo normal, pues en tiempos de cambio cada persona tiene que adaptarse al nuevo contexto. Hay que reorganizar roles, tareas y obligaciones, y esto puede tener su impacto en la pareja. Pequeñas crisis pueden aparecer al tener nuevas demandas, pero también se pueden superar y fortalecer así aún más la pareja.

Como en los apartados anteriores, sencillamente hay que pensar si tener un bebé es un paso estimulante para la pareja y si se está dispuesto a sacrificar ciertas cosas. Si no se tiene esto claro es más probable que la satisfacción conyugal pueda ponerse en riesgo en menor o mayor grado.

6. Impacto en la vida laboral

Es una de las razones principales. En el mundo en el que vivimos cada vez necesitamos más años para preparar nuestra formación profesional. Una vez dentro del ámbito laboral, tener hijos puede torpedear la carrera soñada.

El tema es que, si bien se ha visto que la paternidad se puede llegar a traducir en un bonus salarial, para la mayor parte de las mujeres la maternidad se traduce en una penalización de carrera.

Esto se relaciona con el popular concepto de “brecha salarial”. El Estado debería hacer políticas para bonificar la natalidad y evitar que las empresas carguen con el riesgo de tener que prescindir de alguien en plantilla y acaben siendo injustas con las mujeres.

7. Incertidumbre extrema

La precariedad del trabajo y la incertidumbre del futuro influyen profundamente en la decisión de no tener un hijo. Lo cierto es que no existen las condiciones perfectas para procrear, pues vivimos en un mundo imperfecto.

De todos modos, podríamos decir que la incertidumbre laboral y/o económica son condiciones importantes. Tener dinero y estabilidad económica suficiente es muy importante para no pasar angustias. Además de eso, tener una pareja con la que criar el bebé, tiempo disponible y el claro deseo de tener hijos es lo que podríamos nombrar como “ideal”.

Pero no es fácil controlar todas las variables y por eso queremos destacar que hay infinitos casos en los se ha sale adelante si se quiere tener el bebé. Por ejemplo, tener una pareja no es un requisito sine qua non para tener hijos, solo que objetivamente en teoría se podría garantizar mejor la asistencia. De hecho existen muchísimas familias monoparentales que gozan de una vida familiar excepcional.

Referencias bibliográficas:

  • Del Fresno García, M. (2011). Retos para la intervención social con las familias en el siglo XXI. Trotta.
  • Del Fresno García, M. (2011). Familia y crisis del matrimonio en España. Studia Europaea Gnesnensia. Instytut Kultury Europejskiej. Uniwersytet im Adama Mickiewicza, Poznań, Poland.
  • Gough, K.; Lévi-Strauss, C.; Spiro, M. E. (1974). Los nayar y la definición del matrimonio. El origen de la familia. Polémica sobre el origen y la universalidad de la familia. Barcelona: Anagrama.
  • Vázquez de Prada, M. (2008). Historia de la familia contemporánea. Rialp.
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