Las 4 diferencias entre querer y amar a una persona

Muchas personas hablan sobre querer y amar con naturalidad, pero ¿sabes diferenciar estos sentimientos?

Es complicado distinguir entre estos dos sentimientos amorosos.

Querer y amar son palabras que utilizamos normalmente sin entender claramente su significado y lo que decir cada una de estas palabras implica, pues si bien a veces creemos que son similares, hay una gran diferencia entre querer y amar.

Cuando entendemos el lenguaje que utilizamos, este se convierte en una herramienta para expresar lo que verdaderamente sentimos. Si decimos que queremos o que amamos a una persona, ¿estamos diciendo lo que verdaderamente nos hace sentir esa persona? Es por esto que es fundamental que sepamos la diferencia entre querer y amar, te lo explicamos.

¿Qué significa querer?

En nuestras relaciones de pareja aparecen una serie de sensaciones intensas hacia la otra persona que se van transformando y, en este sentido, definiendo la diferencia entre querer y amar a alguien. Es por esto que muchas veces confundimos estas dos palabras, así que empecemos por definir cada uno de los sentimientos.

La RAE define querer como “desear o pretender [algo]” y “sentir afecto o amor por [alguien]”. También definen querer como un verbo que significa “tener el deseo, la voluntad o la intención de hacer, poseer o lograr algo”. Si tomamos estas definiciones podemos resaltar unos conceptos fundamentales para entender lo que significa querer: querer implica un sentimiento de afecto o amor sumado al deseo y la voluntad de poseer algo, o, en el caso de las relaciones, a alguien.

Cuando empezamos una relación amorosa, hemos salido un par de veces y estamos empezando nuestra etapa de enamoramiento y definiendo la relación, el sentimiento que aparece es el de querer. En este momento, sabemos que hay un sentimiento más elevado de lo normal hacia esa persona y que lo queremos en el sentido de posesión de esta palabra.

Es decir, queremos que esa persona que nos acelera el corazón sea nuestra, deseamos tener su compañía, su atención, su afecto, y esa sensación hacia la otra persona se convierte en una especie de objetivo; aquí radica la diferencia entre querer y amar.

Como bien lo explica el libro El principito, “querer es tomar posesión de algo, de alguien. Es buscar en los demás eso que llena las expectativas personales de afecto, de compañía. Querer es hacer nuestro lo que no nos pertenece, es adueñarnos o desear algo para completarnos, porque en algún punto nos reconocemos”.

¿Qué significa amar?

Ahora bien, vamos a darle significado a la palabra amar. Verás que, con las dos definiciones tu misma te darás cuenta de la diferencia entre querer y amar.

La RAE define el verbo amar como “tener amor a alguien o algo”. Una definición muy concreta que nos lleva a buscar otro significado: ¿qué es el amor? Según la RAE el amor es “sentimiento intenso del ser humano que, partiendo de su propia insuficiencia, necesita y busca el encuentro y unión con otro ser”. Un "sentimiento hacia otra persona que naturalmente nos atrae y que, procurando reciprocidad en el deseo de unión, nos completa, alegra y da energía para convivir , comunicarnos y crear" o "sentimiento de afecto, inclinación y entrega a alguien o algo".

Entonces, bajo estas definiciones podemos resaltar los conceptos que definen el amar a alguien: cuando amamos a nuestra pareja, ya hemos dejado de querer que esa persona sea nuestra y en total libertad de ambos, nos entregamos a ella porque la necesitamos, porque generamos un encuentro y un vínculo de unión que nos completa y que nos hace felices. Amar se construye con tiempo y pasa cuando hemos superado esa etapa del enamoramiento en la que nos queremos.

Las 4 diferencias entre querer y amar a alguien

Ahora que hemos definido querer y amar, ya conoces su principal diferencia, sin embargo, vamos a entrar más en detalle en esta diferencia para que, si no sabes si quieres o amas a tu pareja, tengas una serie de indicios que te sirvan de ayuda para definirlo.

1. Querer y amar significan algo diferente

Cuando queremos a una persona sentimos afecto hacia ella un tanto más fuerte de lo normal y tenemos un sentimiento de posesión, queremos que sea nuestra. Cuando amamos a esa persona, ya no queremos que sea nuestra, la necesitamos y nos entregamos a ella.

2. Las señales de querer o amar son distintas

También puedes darte cuenta de la diferencia entre querer y amar desde las señales. Si estás experimentando todas las señales del enamoramiento, es decir, te urge ver a esa persona todo el tiempo, estás pendiente del móvil a cada minuto para saber de ella y de lo que está haciendo, tienes un deseo sexual elevado, tu juicio es dudoso y tomas decisiones más a la ligera; estas y otras más son señales de querer a una persona.

Del otro lado, si lo que sientes es una confianza y lealtad absoluta hacia esa persona, paciencia en los tiempos de cada uno, estás dispuesta a hacer sacrificios por ella, a pensar en sus necesidades, tienes la voluntad de aceptar todo de ella y de arreglar las diferencias que se puedan presentar, entonces estamos hablando de que amas a esa persona.

3. Querer y amar no se sienten igual

Hay otro tipo de sentimientos alrededor del querer o del amar que también pueden indicarnos qué es lo que verdaderamente sentimos por la persona con la que estamos.

En principio podemos asociar un sentimiento de euforia a la etapa en la que queremos a esa persona, ese tipo de excitación y esa sonrisa en la cara que no se nos borra, que trae consigo el enamoramiento y que puede hacernos pensar que amamos a la otra persona aunque esto no sea real todavía. Pero también pueden aparecer sentimientos de ansiedad, o de vacío según cómo se desarrolle la relación con esta persona.

Las emociones en cambio son más profundas cuando amamos, porque nos sentimos mucho más libres de dejar aflorar esos sentimientos. El afecto, la confianza, la estabilidad, la felicidad y la lealtad son parte fundamental de amar. Aceptamos al otro tal cual y como es, por eso el amor es incondicional. Además, en este momento hay comunicación entre los dos y ganas de afrontar en pareja los problemas que se puedan presentar.

4. La temporalidad es diferente

Te puede parecer un tanto extraño, pero la temporalidad también hace parte de la diferencia entre querer y amar. En el querer, el tiempo es el ahora, es el momento inmediato en el que nos estamos enamorando y que, en algunos casos, puede comenzar rápidamente. Lo cierto es que el querer no siempre evoluciona y es un sentimiento temporal que puede desaparecer.

Con el amar es distinto, pues es un proceso que se va dando gradualmente con el tiempo. No necesita del momento inmediato porque cuando amas, ya has superado esa etapa del enamoramiento, y es un sentimiento que va creciendo con el tiempo y que puede, incluso, durar toda una vida. Eso sí, está claro que nadie sabe qué le depara el futuro pero en tu presente, sientes ese amor incondicional como un amor infinito que no puede hacer otra cosa más que seguir creciendo.

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