¿Cuándo dejar de alimentar con potitos a tu bebé?

Los potitos son los primeros alimentos del bebé, pero hay que saber en qué momento dejarlos.

Cuándo dejar de alimentar con potitos a tu bebé

Los padres estamos buscando siempre lo mejor para nuestros hijos. Una de las principales preocupaciones es la alimentación del bebé. Se trata incluso de una de las dudas más frecuentes en las consultas con el pediatra.

El primer alimento del bebé hasta los 6 meses debe ser la lactancia materna exclusiva. O, en caso contrario, un sustituto prescrito por el médico. Después de estos primeros meses, se comienza con la alimentación complementaria.

¿Hasta qué edad debe dejar de tomar potitos el bebé?

Los potitos son una opción para comenzar la alimentación complementaria al bebé. El alimento principal hasta el primer año de edad sigue siendo la leche, es de ella de la que el bebé obtiene los nutrientes necesarios para seguir desarrollándose.

No obstante, algunos padres cometen el error de adelantar la alimentación con potitos antes de los 6 meses, e incluso suspender o disminuir las tomas de leche para sustituirlas por alimento, por la preocupación de que el niño no reciba suficientes nutrientes. ¿Esto es necesario?

Ante esta duda frecuente, te explicamos en qué consiste la alimentación del bebé durante los primeros 2 a 3 años de vida. En esta etapa los alimentos principales del bebé son la leche materna, la alimentación complementaria y las bebidas. Te explicamos cada una para resolver la duda de ¿cuándo dejar de alimentar con potitos a tu bebé?

Hasta los 6 meses: leche materna

Como ya se mencionó, el alimento principal hasta los 6 meses es la leche materna. La OMS ha hecho la recomendación de que siempre que sea posible, los bebés sean alimentados de forma exclusiva por medio de lactancia materna y, si por diversas situaciones esto no es posible, la fórmula que se suministre debe ser indicada por un doctor.

La leche materna proporciona los nutrientes necesarios para el bebé hasta su primer año. En caso de una deficiencia de hierro, el médico puede recetar un suplemento, pero no debe ingerirse por medio de verduras u otros suplementos de venta libre.

Incluso no es necesario darle agua al bebé en estos primeros meses. Hay que recordar que es muy importante no adelantar la alimentación complementaria, pues el sistema digestivo del bebé aún no está preparado para recibir otro tipo de alimento.

La leche materna cambia su composición a lo largo de los primeros meses de vida del bebé. Durante los 3 meses de inicio, contiene mucha más grasa y los nutrientes necesarios para la supervivencia inmediata del niño.

No obstante, después de los 3 y hasta los 6 meses, su composición cambia para proporcionarle lo necesario al niño para reforzar su sistema digestivo, y de los 6 meses en adelante, sigue siendo nutritiva por encima de cualquier otro tipo de leche.

Por estas razones no se debe sustituir la leche materna, ni adelantar la alimentación complementaria, pues cada toma de leche proporciona suficientes nutrientes que no ofrece ninguna verdura ni carne.

A partir de los 6 meses: alimentación complementaria y bebidas

A partir de los 6 meses, el bebé puede recibir alimentación complementaria. El objetivo de esta etapa es ir acostumbrando al organismo del bebé a una nueva alimentación, pero debe ser paulatina y acorde con su edad y progreso.

Incluso algunos pediatras recomiendan que esta alimentación complementaria se inicie cuando el bebé tenga la capacidad de sentarse por sí solo, es decir, que de la posición de acostado pueda pasar a la posición de sentado sin ninguna ayuda de un adulto.

Es en esta etapa cuando se le proporcionan potitos al bebé. Se van introduciendo alimentos variados en forma de potitos o papilla para facilitarle la ingesta al niño, debido a que no cuenta con dientes para triturar.

Estos potitos deben irse variando paulatinamente entre diferentes alimentos, por separado. Se recomienda iniciar con algunas verduras como chayote, calabaza, zanahoria, brócoli, y frutas como plátano, pera y manzana.

Se ofrecen por separado para ir facilitando la detección de posibles alergias. Una vez que se ha comprobado que no las hay, se pueden ir preparando los potitos o papillas combinando alimentos, entre ellos pollo o carne magra. Además, en esta etapa se puede ya ofrecer agua.

Otra alternativa frente a los potitos es la alimentación conocida como BLW, Baby Led Weaning. El método sugiere ofrecer la comida en bastones y cocida lo suficiente que se pueda triturar con un poco de presión y que le bebé lo coma directamente, en lugar de los tradicionales potitos.

Por otro lado, en cuanto a las bebidas, la recomendación es que, además de la leche materna, podemos ofrecer agua solo pasados los 6 meses de edad. Se pueden hacer agua de frutas sin azúcar, pero hay que evitar los zumos debido a la gran cantidad de azúcar y poca fibra que ofrecen.

Entonces... ¿cuándo dejar de alimentar con potitos al bebé?

Lo mejor es que alrededor de los 2 años el niño se haya integrado a la alimentación habitual de la familia. Es decir, que pueda comer más o menos lo mismo que el resto y que lo haga por sí solo o al menos comience a hacerlo casi todo el tiempo.

Así que alrededor del primer año es buen momento para dejar los potitos. Desde que salgan los primeros dientes puede comenzar a comer alimentos triturados que contengan pequeños trozos. Paulatinamente, se puede ir triturando cada vez menos hasta llegar al alimento cocido.

En el caso del BLW, el objetivo es que nunca se ofrezcan potitos. No importa que no tengan dientes, la mandíbula es suficientemente fuerte para masticar alimentos cocidos. Por lo que para el momento de la salida de los dientes, el niño está capacitado para comer más cosas.

Eso sí es importante: no ofrecer comida como frutos secos o uvas. Esto es debido a la forma y dureza de estos alimentos, que fácilmente pueden irse a la traquea y obstruir la respiración, por lo que es mejor esperar hasta después de los 5 años.

Los potitos se deben ofrecer solamente durante unos pocos meses, es decir, no debe extenderse más allá del año de edad. De lo contrario, el sistema digestivo puede perder fuerza y tener dificultad para adaptarse a alimentos semi-sólidos.

La conclusión es que los potitos no deben ofrecerse antes de los 6 meses de edad e ir disminuyendo la frecuencia alrededor de los 9 y hasta los 12 meses, recordando que en esta etapa la lactancia materna o artificial sigue siendo el principal aporte de nutrientes.

Referencias bibliográficas

  • Organización Mundial de la Salud. (s/f). «Lactancia materna». http://www.who.int/es.
  • Organización Mundial de la Salud (2002). Estrategia mundial para la alimentación del lactante y el niño pequeño.
  • Rodríguez Bonito, Rogelio (2012). Manual de neonatología.
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