Pero según un estudio de este mismo año, este retraso en la edad para concebir podría ser beneficioso para la mujer, incluso a nivel biológico.
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¿Cuál es la mejor edad para tener hijos?
La fertilidad tanto de hombres como de mujeres se va reduciendo de forma progresiva según avanza la edad, por lo que pudiera parecer que la mejor edad para tener hijos fuera a edades tempranas. Es por este mismo motivo que parece lógico, y así lo aconsejan los médicos, que las mujeres no se queden embarazadas más allá de los 35 años.
La misma cifra se aplica a los hombres, cuya calidad del esperma desciende de forma importante a partir de esa edad y varios estudios aseguran que las probabilidades de que el bebé nazca con problemas también aumentan.
Pese a la lógica del reloj biológico y a las advertencias sanitarias, en nuestra sociedad se retrasa cada vez más la edad a la que se tiene el primer hijo. Según datos del Instituto Nacional de Estadística (INE), la media de edad para tener al primer hijo se situó en 32 años en nuestro país el pasado año.
¿Pero pinta tan mal la cosa como parece? Según un estudio publicado en el Journal of Public Health, las mujeres que han tenido su primer hijo a los 30 años tienen una mayor esperanza de vida que las que lo han tenido a los 20, por lo que esa sería la mejor edad para tener hijos.
Revelaciones del estudio
Este estudio analizó la correlación entre diferentes datos relacionados con la maternidad de diferentes países de la Unión Europa durante nueve años. Estos fueron el promedio de edad de mujeres cuando tenían su primer hijo, la edad promedio de cuando se producía el parto, el número de madres adolescentes y su esperanza de vida.
Viendo los resultados se comprobó que las mujeres que tenían su primer hijo a una mayor edad, tenían una mayor esperanza de vida, sugiriendo que actualmente la edad ideal para tener hijos ronda los 30 años.
En otra investigación del mismo tipo realizada en 2014 pudieron comprobar de la misma forma que las mujeres que tenían a su hijo pasados los 33 eran más longevas que las que lo hacían antes de los 30. Del mismo modo, comprobaron que las mujeres que los habían tenido a los 40, tenían más probabilidades de llegar a los 100 años.
¿Qué lo explicaría?
Tanto en un estudio como en el otro, las variables tanto ambientales como sociológicas tienen una gran influencia en estos resultados, por lo que es complicado determinar una edad precisa para tener el primer hijo sin tener en cuenta el contexto social. Diversos factores como el estatus social y el estilo de vida también son determinantes y explicarían estos resultados.
Lo cierto es que los embarazos a edades tempranas no parecen encajar con el estilo de vida de nuestras sociedades actuales. Tener un hijo antes de los 20 años, la que podría parecer la edad ideal biológicamente hablando, tiene más probabilidades de interrumpir u obstaculizar logros educativos o carreras prometedoras, y es más probable que acabe derivando en una situación de desventaja.
Las mujeres de veintitantos en la actualidad todavía están progresando en sus carreras y la mayoría no han alcanzado la estabilidad suficiente que les podría permitir preocuparse por la crianza de un hijo. Los diferentes tipos de relaciones que existen hoy en día y la tardanza en estabilizarse con una pareja también contribuyen a que se retrase la edad en la que sienten la seguridad suficiente como para tener un hijo.
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Por lo tanto, tener un hijo antes de los 30 en la actualidad parece sumar preocupaciones y estrés a situaciones ya de por sí poco estables, que pueden derivar fácilmente en problemas de salud o dificultades financieras. A esa edad en cambio, la mujer ya ha podido lograr objetivos profesionales y se puede encontrar en una situación financiera lo suficientemente estable como para plantearse tener un primer hijo.
Hacia una maternidad tardía
Así pues, la mejor edad para tener hijos según nuestro reloj biológico está claramente en discordancia con la que viene siendo la mejor edad sociológicamente hablando. O por lo menos lo estaba hasta ahora.
Otra de las hipótesis que barajan los investigadores es la existencia de un gen relacionado con el de la longevidad, que haría posible una reproducción a edades más tardías, por lo que la edad biológica ideal en la que tener un hijo se podría estar retrasando de la misma forma.
Asimismo, los avances tecnológicos en el campo de la reproducción nos permiten superar las diferentes barreras biológicas, que posibilitan embarazos sanos y sin problemas a edades donde antes parecía imposible.
Por lo tanto, ¿podemos dejar de preocuparnos por nuestro reloj biológico y optar por perseguir nuestras aspiraciones vitales sin temor a que sea demasiado tarde? Todo apunta a que es posible.
